Fue lo que todos esperaban. O aún mejor. Un rebalsante monumental aguardaba desde muy temprano los primeros acordes. Expectantes, todos se preguntaban deseosos de saber cómo sería esta nueva despedida. O quizá por ahí pasaban sus expectativas. ¿Habrá sido el de ayer el último show de Gustavo, Charly y Zeta?
Como en todas las fechas, la puntualidad dijo presente ayer en River cuando a las 9 de la noche las luces del estadio dieron paso a las del escenario y no volvieron a encenderse hasta 3 horas más tarde.
Fue entonces cuando desde las inmensas columnas de sonido comenzó a escucharse, también como en el resto de la gira, la grabación de “Some day one day” (“Algún día”), un tributo a Queen que la banda grabó en homenaje a la mítica banda inglesa.
Y luego todo fue fiesta. “Juego de seducción” abrió un set increíble con temas para todos los gustos: plagados de hits como "Persiana americana", "Profugos" y el infaltable gracias totales (ahora a cargo del público) al terminar "De música ligera" y otras perlas menos conocidas como "No existes", "Imágenes retro" o "Texturas", para el deleite de los fanáticos. (Ver lista de temas completa).
Y como en toda fiesta, no podían faltar los invitados. La percusionista Andrea Álvarez, Gillespie y su trompeta, Richard Coleman y Fabian von Quintiero, acompañaron algunos temas de esta nueva despedida. Sin embargo, cuando de Soda se trata, las sorpresas pueden llegar a límites insospechados. Presentado por Cerati como "un grosso que tocó con Bowie, Lennon y McCartney", Carlos Alomar, productor del álbum Doble vida, mostró su virtuosismo con las seis cuerdas en "Lo que sangra (La cúpula)", de estreno en Buenos Aires.
Pero este show fue diferente. No solo porque podría ser el último de la banda sino porque Soda se encargó de echar por tierra con todos los rumores que sobrevolaron tanto esta gira como toda historia de la banda y su separación.
Luego de “Nada personal”, siempre reclamada por el público, Cerati agradeció a todo el crew que trabajó con ellos y sentenció: “Esto es una fiesta, no vamos a ponernos tristes”, ante la atónita mirada de una multitud que sentía estar reviviendo ese lejano adiós de hace diez años que creían (o esperaban) no llegaría jamás.
“Te hacen falta vitaminas” fue el último tema. Sin embargo el show lo cerró un sentido abrazó entre los integrantes del trío más importante de la música argentina y, porque no, latinoamericana. Un abrazó que dijo mucho. Como hace diez años, Soda se despidió. Sin embargo, ese abrazo de tres amigos sobre un escenario dejó una puerta abierta. O al menos eso esperamos todos los fanáticos.
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